jueves, 30 de junio de 2011

Hair Party, Hadas Madrinas.

Es curioso cómo cambia el concepto de “Actividad” dependiendo de dónde estés y qué estés haciendo. Este tiempo pasado desde el último post ha transcurrido como casi cualquier otro junio universitario, con exámenes, presentaciones, trabajos… aunque la verdad no demasiados, no me puedo quejar.

Tampoco han faltado las fiestas, Erasmus o no, continuamos con nuestra tradición de celebrar cualquier cosa. En este caso ha sido la Hair Party, en la cual cada uno tenía que llevar el peinado más original posible.

La gente se lo ha tomado bastante a pecho eso de “original” y teníamos barias rockabilis, una Pipi Langstrung Italiana, algunos teñidos y el indiscutible ganador: Andy, con su estilo “melena al viento” (con varias toneladas de laca para congelar ese “viento”).

La otra festividad destacada ha sido el cumpleaños de nuestra querida Ilaria, la Erasmus más friki del reino, la cual se ha podido sentir reina por un día con un paseíto a hombros incluido.

Aparte de eso, quería dedicar este post a dos milagrosas excepciones en el frío ambiente Alemán: Julia y Lauriene.

Son alemanas, de padres alemanes (bueno, creo que el padre de Lauriene es polaco) pero son de las personas más divertidas y humanas que he conocido a lo largo de este viaje. Julia es mi tándem, una chica con la que aprendo alemán al tiempo que le enseño español, mientras que Lauriene es una de mis compañeras del teatro. Ahora mismo no tengo ninguna foto concreta de ellas dos, tampoco hace falta, basta con decir que puedo pasar horas y horas hablando con cualquiera de las dos y, aunque hablamos en inglés o en alemán la mayoría del tiempo en encontrado en ellas unas buenas hadas madrinas para combatir la soledad rodeada de gente que suele acompañar a este tipo de experiencias, porque, aunque aquí tengo muchos colegas, mucha gente increíble recién conocida y muchos compañeros de fatigas, son pocos los amigos de verdad que se encuentran, y ellas son un par de buenos ejemplos.

Mañana parto para Estocolmo en busca de mi hermana medio sueca, y con esto empezamos el último mes de esta Erasmus, que como uno puede imaginarse, no va a ser precisamente el mas tranquilo.

Ein Umarmung für jeden und eine gross für sie.

Tschüss!

lunes, 20 de junio de 2011

Mönchengladbach, teatro callejero.



Al fin llegó el momento. Los días de representación. El fin de semana entero se lo hemos dedicado al festival de teatro callejero de Mönchengladbach, aunque no es lo único que he hecho durante estas dos últimas semanas con el blog olvidado.

Ha sido una semana movida en todos los sentidos. He hecho mi segundo examen de alemán, del cual he salido con muy buena impresión. Con éste examen hecho ya consigo el certificado de haber superado el nivel A1 de alemán, pero aún me faltan dos más antes de terminar el semestre para obtener el certificado de A2, así que ahora es el momento de ponerse manos a la obra.

Además, como parte de la exposición de deportes de la universidad, hicimos una exhibición con el grupo de taekwondo y así pudo todo el mundo ver cómo no exagero cuando digo que los entrenamientos son muy duros, Pietro ahora me mira con admiración y Justina me ha prometido que no volverá a llamarme “Marikita” ya era hora de que se me respetara en este pueblo.

Y llegó el fin de semana. El viernes cogimos un tren en dirección a un lugar con un nombre impronunciable, fuimos directamente al lugar donde acampamos, con dos tiendas enormes al estilo pabellón preparadas con comida, bebida, y todo lo que pudiéramos necesitar, con un polideportivo al lado con baños y duchas, una pista de baloncesto y unas tablas con ruedas súper divertidas. La primera noche fue sólo para hacer piña, cenar pizza, hablar un poco acerca de los planes para el día siguiente y descansar.

A la mañana siguiente empieza el zafarrancho. Llegamos al centro de la ciudad, desayunamos todos juntos (todo corría a cuenta del ayuntamiento) nos preparamos y empieza la función. Cada uno en su papel cruzamos las calles más importantes del casco antiguo para atraer cada vez a más gente hacia el lugar donde se haría la escena final. Un soldado, un pastor, bailarinas, lavanderas, princesas, damas, sirvientes y doncellas. Un cazador, una monja y un sacerdote, una pareja de ladrones, curanderas y una tabernera, un pícaro y un servidor, un mercader de ropa musulmán recién llegado de Granada con apenas idea de hablar Alemán pero loco por endosarle a cualquiera un trozo de tela por unas monedas de oro (de chocolate, claro está). Mientras flirteaba con la hija del alcalde y con su sirvienta ya de paso, e intentaba mantenerme lejos del hacha del guardia y de los ladrones.

Y como la escena final era una ejecución, pues hacía falta un cabeza de turco, que en este caso era cabeza de granadino. Acusado de haber secuestrado a Anabel, que no es otra que la oveja del pastor. Todo para que se descubra que el Alcalde es infiel con una de las doncellas, que la monja espera un hijo del sacerdote, que los ladrones robaron la corona de la princesa y que íbamos a terminar todos en el cadalso justo cuando aparece la dichosa oveja.

Por supuesto todo, excepto los torpes intentos de Al-maini (también conocido como Chori) de hacerse entender en español, era en alemán, por lo que para mí se convierte en una experiencia totalmente nueva.

Entre el sábado y el domingo hicimos un total de cinco pases, y durante todo el fin de semana comimos y cenamos como estrellas invitadas en un festival. Todo gratis hasta coger un tren para estar de vuelta en Bielefeld a las siete y media.

En realidad se trataba de un certamen, cada grupo podía ser votado por los espectadores y el ganador se llevaba 500 euros como premio. Había grupos bastante buenos. Clowns, espectáculos con marionetas gigantes, zancudos, un entremés cómico organizado por nuestros propios profesores… pero los que más les gustaron al público fueron…


¡Nosotros! Nos enteramos en el

camino de vuelta, ¡habíamos ganado 500 euros! Así que el día siete nos iremos a celebrarlo por todo lo alto con una cena para todo el grupo (unas 30 personas).

Y con esto se culminaba un fin de semana perfecto, en el que llovía sólo cuando no teníamos que actuar y en el que he conocido mucho mejor a este grupo de gente tan peculiar que forman el taller de teatro de la universidad de Bielefeld.

Por lo visto hay millones de fotos, aunque yo sólo he podido subir las de mi cámara, y está en proceso un documental a cerca del fin de semana y de todo el trabajo que lo ha rodeado.

Estas son el tipo de cosas

que le dejan a uno un buen sabor de boca, y de esta

manera muy contento y feliz uno puede decir…

Tschüss!







martes, 7 de junio de 2011

Preludio de un junio (Beach vóley und Pyjama Party)


Y llega la tranquilidad… mientras el resto del mundo está estudiando en las bibliotecas de Málaga para sus exámenes, oposiciones, trabajos finales y demás, yo me dedico a afilarme los dientes para el festival que se avecina.

Aunque también tengo mis presentaciones y mis trabajos, no os valláis a creer. Tengo que hacer tres tests de alemán antes de que termine el semestre, unas pruebas de inglés, una presentación sobre el sistema educativo español en comparación con el alemán y prepararme unos capítulos de un libro acerca de la pedagogía en los medios de comunicación.

Por lo que aprovechar aprovecho el tiempo.


Sin embargo, lo que más nervioso me tiene es la semana del 13 al 19, en la que vamos a hacer una exhibición de taekwondo y ¡la tan esperada representación de teatro! Además, posiblemente a la semana siguiente haga un tour por Bélgica y Holanda y (esto sí es seguro) ¡la primera semana de Julio volaré a Estocolmo para visitar a mi hermana!

Esta semana pasada ha sido de andar por casa, preparar trabajos y estudiar un poquito, con los fines de semana dedicados al teatro y la cabeza saltando entre revoluciones, mercados medievales, viajes y demás.

Aunque por supuesto también ha habido tiempo para la fiesta, en este caso la Pyjama’s Party (el nombre lo dice todo) y para jugar al beach vóley (aunque sin Beach, en unas pisas de arena en la universidad) además, estando de discotecas conocimos a un tal Jaime, un alemán de padres extremeños que nos ha invitado a su casa a hacer una barbacoa algún día de éstos. ¡Que somos como mayoral! ¡Vamos haciendo amigos!

Y habrá que pedir perdón por las escasas fotos, pero aún no me han pasado ni las del vóley ni las de los ensayos, pero prometo compensarlo en el próximo post, así que por ahora…

Tschüss!!