jueves, 28 de julio de 2011

Digamos que, hasta la vista.

Veintitrés horas para llegar a casa y uno no sabe muy bien como beberse este último trago. Algunos lloran, otros simplemente desaparecen, otros escriben interminables cartas y postales de despedida, otros comparten millones de fotos, mientras yo repaso de qué me han servido estos cinco meses.

Para empezar creo que he dijievolucionado, ahora me manejo mejor en inglés, controlo algo de alemán, he mejorado mucho en la cocina, soy capaz de valérmelas por mi mismo en un entorno extraño, he adelgazado y estoy más en forma que en mucho tiempo, así que por ese lado bien.

Digamos que ha sido el viaje más largo de mi no demasiado larga historia, y que en teoría debería bastarme durante un tiempo, pero realmente ocurre todo lo contrario. Ahora he añadido un montón de nuevos destinos para visitar en cuanto coja un poco de dinero, desde Estambul hasta Poznan en Polonia, pasando por Southamptom, Copenhage, Milan y puede que incluso San Petersburgo. Sólo espero no sufrir síndrome de abstinencia, ya que la economía no está para muchos trotes.

Digamos que echaré de menos los bosques, los lagos y los ríos de nord-centro Europa, también echaré de menos a la excelente gente que trabaja en la universidad, sinceramente creo que deberían hacer cursos para el personal de Málaga para enseñar cómo se trabaja de cara al público, aquí se nota que realmente les gusta su trabajo, o al menos que quieren hacerlo lo mejor posible.

Digamos también que me quedo con millones de caras y miles de nombres pero sólo con unas pocas personas que realmente me han tocado adentro, ellas saben quiénes son y saben que nos volveremos a ver, así que no me preocupa por ese sentido. Más que un adiós, es un hasta la vista.

Creo que es importante luchar para que en este tipo de becas no se quede todo en la superficie, no se trate de sacarte algunas asignaturas, beber mucha cerveza y aprender inglés. Por supuesto da tiempo en cuatro meses a hacer amigos de verdad, sólo tienes que encontrar a la gente adecuada y estar dispuesto a dejarte ver un poco mas por dentro, y a esa gente si que no pienso perderla de vista durante mucho tiempo seguido.

Así que esta última vez será auf vierdersehen!

Gracias por seguir estas aventuras y por, a tu manera, formar parte de ellas.

Espero que hayas disfrutado casi tanto como yo.

Por último, después de mi duro trabajo de campo y de interminables investigaciones puedo asegurar que definitivamente Bielefeld, Existe.

domingo, 24 de julio de 2011

Brussels- Amsterdam (Con razón su ciudad favorita)

La penúltima semana en Bielefeld no la he pasado exactamente allí, de hecho he estado en tres países distintos en los últimos siete días, con horas y horas de tren y de andenes de diferencia, pero con una inmensa cantidad de buenos recuerdos (sí, para ti hay alguno también).

Esta vez la historia empieza a las cinco de la mañana, camino a la Haupbahnhof como de costumbre y como de costumbre también corriendo. Ya que en Maastrich (cinco horas después) me esperaba Marta, tan guapa como siempre aunque con el cuerpo cortado por el frío del norte. Y allí que cogimos un nuevo tren hasta Bruselas para visitar sus chocolaterías, sus monumentos, sus iglesias y el Museo de la Música (lleno de instrumentos de todo tipo, visita obligada para cualquiera con la incomprensible habilidad de tocarlos, lo de incomprensible va por mí, por supuesto, que no tengo ritmo ni para lavarme los dientes.)

Pero estuvo muy interesante, sobre todo si vas con una clarinetista consumada como Marta.

Después de descubrir que el Meneken Pis es aún más pequeño que un niño normal, que la catedral de Bruselas es una Notredame II, que me encanta el cómic Belga casi más que el americano y que van a hacer una película de… atención: TINTÍN. Fuimos a visitar el Atomium (solo por fuera, que por dentro es muy caro) para después descansar en el impresionante parque que hay cerca de éste.

Sin duda Bruselas tiene un saborcillo francés que no se puede explicar pero que recuerda mucho a la París cosmopolita y bohemia de la gente romántica, pero con un carácter personal independiente y orgulloso de sí mismo. Fue un alivio escuchar algo diferente que el alemán por las calles, y con lo que me gusta el francés (ojo al El, no Un.) yo encantado.

Y al día siguiente a las cinco de la mañana en pie para coger camino Rotterdam, que lo siento por los Rotterdeños, pero es más fea que Pifio, con un par de detalles curiosos pero fea como ella sola.


Sin embargo, a lo mejor de esta ciudad se llega en barco, en dos barcos más concretamente, uno grande (watherbus) y uno pequeño (watherbus Jr) y después de un pueblecito de casitas de lo más apañadas con cortadoras de césped robóticas llegamos a Kinderdijk, una extensa zona de molinos tradicionales Holandeses rodeados de canales, un sitio especialmente bonito y diferente, si alguien quiere ver lo más típico de Holanda, le recomiendo que se pase por allí.

Y por último la guinda del pastel: Ámsterdam. Tras una accidentada búsqueda de alojamiento nos dimos cuenta de que el vecino de Marta y mi compañera de clase compartían piso allí, y que a los dos los iban a largar al día siguiente, por lo que no nos podían acoger. Así que nos organizamos para encontrar un hostal barato en la ciudad sin ninguna antelación, pero lo mejor de todo es que lo encontramos.

Y nada, Plaza Dam, Barrio Rojo, La casa de Ana Frank, Museo Van Gogh, canales, puentes, Bicicletas, Voldenpark, el barco que no existe, las casas flotantes, las fachadas torcidas, chinatown, los cofeeshops.


Amsterdam es demasiado como para explicarla en un Blog, lo más que os puedo ofrecer son las fotos que hicimos durante los dos días y medio que estuvimos allí y la imagen de una ciudad que se disfruta a sí misma, donde la cultura está mayormente en la calle y donde se respira naturalidad en cada detalle. Desde la fabulosa ausencia casi total de coches hasta la tolerancia hacia temas tan escabrosos como la prostitución o las drogas, que allí son aceptadas y suponen un problema mucho menor que en otros países mucho más restrictivos.

Aunque en general los holandeses son bordes y pagados de sí mismos, Amsterdam es de todas partes más que de Holanda, y eso se siente nada más llegar a la ciudad.

Ahora comprendo que sea la ciudad favorita de Marta, en parte también es ahora la mía.

Y tras todo eso vuelvo a Bielefeld y está lloviendo, y así estará toda la semana. Creo que por ese lado no me va a costar nada volver a casa :p

Empieza la cuenta atrás, el papeleo y las últimas fiestas, pero por lo pronto Julia (una de mis hadas madrinas de aquí) ya ha reservado el vuelo para venir a visitarme a Málaga a finales de septiembre, Yuhu!!


Y sin más, soñando con los canales de Amsterdam, los molinos de Rotterdam, las calles de Bruselas y el solecito Malagueño, os dejo aquí esperando el último post de este blog mío.

Un abrazo y… tschüss!!



PD: Nos encontramos con un grupo scout de lo más apañado, son como los míos, ¡pero rubios con agonía!



sábado, 16 de julio de 2011

Klausure (Goodbye Urd)



Klausure es la palabra que se usa por estos lares para denominar a los exámenes finales de un curso. Es curioso porque tengo la sensación de estar clausurando más cosas además de mis estudios aquí en Bielefeld. Hemos terminado las clases, el curso de inglés en concreto con una exposición sobre mi trabajo de payaso, que puede decirse que ha sido mi primera animación completamente en inglés, solo que en vez de niños pequeños jugaba con universitarios alemanes más grandes que yo.

También he entregado las llaves de mi bicicleta, a la que voy a echar mucho de menos. He empezado a calcular las últimas compras y el dinero que me queda para estas dos semanas que en realidad es una, ya que en unas horas estaré yendo hacia Maastricht a recoger a cierta personajilla que me va a enseñar Bruselas y Amsterdam durante la semana siguiente, así que no voy a tener mucho tiempo de pensar en el final pero al mismo tiempo éste se me va a hacer mucho más rápido.

Y ese final se vio venir ayer con la partida de Urd, una de las personas que más merece la pena de todos los que he conocido durante este tiempo. Así, con la escena del tren, me despido de ella hasta nuestra cita en Copenhague para navegar en un barco clásico medieval. (O en uno modelno, que navegar es lo que mola :p )

Así que de camino a Bruselas voy contando sin mucha prisa los días para la vuelta a casa, aunque mi mitad andaluza profunda lo esté deseando hasta la médula.


Maybe you will try to read this, so, see you in your next boat-house Urd! I already miss you!

Este es uno de los poco tschüses que me quedan, así que, allá vamos:

Tschüss!!!

jueves, 7 de julio de 2011

Estocolmo/ Uppsala, Mi hermana Sueca.








Mi hermana sueca es una chica práctica, tranquila y sincera. Es clara en la intención y en las formas, no le gusta complicarse la vida, le gusta ser feliz, reírse y dormir, sobre todo dormir. En su habitación hay pocas fotos, pero muy significativas, está tremendamente desordenado, pero huele muy bien, es una científica, Bióloga investigadora en un proyecto secreto que seguramente subvenciona el ministerio de defensa o el FBI, o quizás el servicio de inteligencia británico, quién sabe.


Pero, además de todo eso, es una chica estupenda con un corazón a prueba de balas y de productos químicos, repartido entre algunos Huércanos, incluido un proyecto de adulto en miniatura, un montón de Sánchez y Veras, entre los que me incluyo, y otros apellidos, nombres, pronombres y adverbios para los que tiene habitaciones reservadas.

Durante esta última semana me convertí en okupa compartiendo habitación con ella, cosa que no hacía desde hace casi 24 años, aunque hayamos crecido un poco y ahora tengamos algo más de conversación, en esencia me alegran los paralelismos de este tipo.

Llegué como suelo llegar, casi a escondidas, avisado pero de improviso, y sin plan establecido me dejé llevar por los canales de Estocolmo, el gran lago, los túmulos Vikingos de Gamla Uppsala… Además de conocer a Daniel el Venezolano, un gran tipo, y María la sueca del todo, una gran desconocida.

Fuimos a visitar el Museo Vasa, un edificio construido alrededor de un barco que fue el más grande de su época durante los cerca de diez minutos que tardó en hundirse en la Bahía de Estocolmo, y es que el rey sueco de aquel entonces quería más y más cañones en su barco, cambiando los planes a última hora, y claro, eso se puede hacer en una visita turística, pero está demostrado que cuando se trata de construir un galeón, mala cosa.


Pero algo bueno tenía que tener, y es que a mediados de los noventa consiguieron reflotar el antiguo pecio y llevarlo al muelle para, tras un larguísimo proceso de conservación, disponer de una reliquia casi intacta y convertirlo en uno de los mayores reclamos turísticos de la ciudad.

También Fuimos al ayuntamiento, donde se celebra cada año la ceremonia de los premios novel, y subimos nos subimos a lo alto de la torre para echar dos millones y medio de fotos a esta impresionante ciudad.

En Uppsala el tiempo no acompañó demasiado, por lo que no pudimos alquilar los Kayak que queríamos, pero sí hicimos una ruta senderista de lo más entretenida entre los frondosos bosques suecos. Además me dio tiempo a visitar por mi cuenta Uppsala, e incluso de ir a la biblioteca mientras ella investigaba en su laboratorio, el cual me enseñó al día siguiente, para después tirarme un chorreón de nitrógeno líquido de ese que congela las cosas al instante. (Luego me enteré de que sólo lo hace si sumerges esa cosa durante diez minutos o más completamente en el líquido, que si te salpica se evapora en unos segundos y no hay ni que limpiarlo, pero claro, así quedaría menos dramática la cosa, así que yo Chitón.)

Y el último día volvimos a Estocolmo de nuevo, esta vez para ir al Scansen, un parque temático/ histórico con casas tradicionales de toda Suecia, en las que puedes encontrar un taller real de soplado vidrio, un talabartero que trabaja el cuero, una (esto le va a encantar a mis padres) ferretería clásica, Pastelerías, alfarerías, reproducciones de casas de todas las clases sociales, tejedoras de tapices, granjeros… y una cantidad enorme de animales típicos de la región, de los que podemos destacar el alce, las focas, los lobos y, por fin, de una vezpor todas el CARCAYÚ. Porque existe, y ahora tengo la prueba definitiva, pasen y vean.



Además conocimos a la prima de Chip y Chop, tomé la seria decisión de vivir parte de mi vida en un barco, hicimos un estudio estético del mito de la suecas buenorras y conocí el día sin noche del verano tan cerca del polo, vamos, casi ná.

Al final despedida en la estación, con la promesa de vernos dentro de unos veinte días en casa y con unos espetos por delante, un paseo por el barrio antiguo. Horas de autobús, tren y avión, y una noche en el aeropuerto para terminar llegando a casa a las 10:30 de la mañana con la conclusión simple, pero clarísima, de que si es para visitar a mi hermana y más en esas ciudades. Merece, y mucho, la pena.

sehe dich zu hause! ich miss dich, Schwester!



Tschüss!