jueves, 17 de marzo de 2011

Para vivir en Bielefeld…

La segunda semana empezó con la llegada de una nueva oleada Erasmus a la ciudad, sobre todo Polacos, Rusos y Turcos, aunque también hay algunos italianos con Illaria 2nd como representante, Otijia, recién llegada de Lituania, Urd, la chica vikinga danesa, y mi nuevo compañero de habitación, Metin, que es turco, pero creo que es el más personaje de todos los mencionados. Realmente son mi grupo Erasmus, con los que comparto curso de alemán y trámites Barios, pero yo fui muy enterado y llegué antes que nadie, por lo que estoy a caballo entre los antiguos Erasmus gracias a Jonny, y los nuevos, con los que comparto la mayor parte del tiempo.

Ahora es cuando ha empezado de verdad lo que se puede llamar como “vida Erasmus”.

Empezaron los cafés, las reuniones, hice el curso de alemán y conseguí unas orgullosas seis respuestas correctas de cuarenta (eh, que para ser novato no está nada mal) y un puesto en el curso A2, o A zwei, como lo llaman aquí. Aunque al final me metieron igualmente en el nivel A1 (A eins) para principiantes, y la verdad, lo agradezco, no es un idioma imposible de aprender, pero entre el inglés y los cursos de alemán termino los días más contento que unas pascuas pero con la cabeza a punto de explotar.

Los simpáticos encargados de la oficina internacional nos organizaron una visita turística por Bielefeld y otra al zoo, no un zoo normal con cebras y elefantes, sino un parque de entrada libre en el que hay osos, lobos, bisontes europeos, y lo mejor de todo… Un carcayú!!!

Lástima que se me olvidara la cámara, pero prometo que volveré para demostrar gráficamente que no estoy loco y que mi animal tótem además de original, es totalmente real y digno.

Entre tanto, evidentemente, se han seguido sucediendo las fiestas, despedidas, cumpleaños, bienvenidas, etc… para celebrar siempre hay una buena excusa, y si no la hay, nos la inventamos.

Desde el lunes me levanto todas las mañanas (incluso antes de que suene la alarma) a las siete y media para ir a las clases de alemán (toma ya) que duran hasta las doce en punto, y después de eso nos ha tocado hacer cosas como conseguir un número de teléfono alemán, un certificado de estancia alemán, una cuenta en un banco alemán (que tendré en breve) una bicicleta alemana (una maravilla alemana más bien) y el Famoso Semester ticket, que me ha alegrado la vida hasta límites insospechados.

Este maravilloso invento no sólo me reduce el coste de todo lo relacionado con la universidad, me permite sacar libros de la biblioteca y me sirve para todos los tranvías y autobuses urbanos, sino que además me ha permitido instalar internet en mi habitación y, lo mejor de todo, me permite viajar gratis por toda nord-westfalia, que incluye un montón de ciudades geniales por visitar y una facilidad tremenda para llegar al resto. Si, son doscientos euros, pero pienso amortizarlos hasta el último céntimo, se van a cagar.

Y ahora, con todo ya organizado para poder decir que vivo en Universitastrasse nume funf null null sech, estoy mucho más relajado y se me presentan muchas más oportunidades para viajar y conocer nuevos lugares. Por lo pronto el sábado vamos a Munster, que suena a monstruo, y la semana siguiente voy con mis romanos favoritos a Berlín, así, como quien no quiere la cosa.

Desde Bielefeld con amor, El typical spanish guy (como me empiezan a llamar por aquí.)

En cuanto al idioma, bueno, voy mejorando poco a poco, así que... tschüss!!

1 comentario:

  1. Te prometo que me ha encantado el "me voy con mis romanos favoritos a Berlín" xDDDD

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